Aloe veraDesde la Asociación Nacional de Empresarios del Aloe (ASOCIALOE), agradecemos y respaldamos ―como así lo aconseja la responsabilidad institucional― a La OCU por su labor informativa, que habitualmente desempeña en beneficio de los consumidores. Pero, desde ASOCIALOE, entendemos que esta encomiable labor ha de compatibilizarse con el contraste del contenido de las noticias que se pretenden divulgar, sobre todo cuando se pueden derivar perjuicios económicos irreparables. Con tal motivo, y para enriquecer los conocimientos que sobre el Aloe vera tienen en la citada Organización de Consumidores y Usuarios, queremos corregir la información publicada por sus responsables.

El pasado día 5 de marzo de 2019, la OCU publicaba un artículo con el siguiente titular: “OCU advierte que consumir en exceso algunos alimentos de moda puede ser perjudicial para la salud

Desde ASOCIALOE queremos “corregir” dicho titular informando de que el consumo continuado y cotidiano de Aloe vera no entraña peligro alguno para la salud. Tal vez convenga comparar su consumo directo con el del kiwi (como ejemplo de otras muchas frutas beneficiosas para el organismo humano), cuyos beneficios saludables nadie cuestiona, pero que puede presentar algún tipo de contraindicaciones (alergias y otros trastornos debido un consumo inapropiado), bien por intolerancia personal o, en otro caso, por consumir determinadas frutas con piel…, precauciones que se extienden al consumo del Aloe vera como parte de otros muchos productos comestibles.

El consumo de Aloe vera avalado científicamente

Cierto es que ―por suerte para el consumidor y a diferencia de otros muchos productos naturales― el sector del Aloe vera en España (líder actual del sector europeo y máximo exponente del desarrollo de una esperanzadora alternativa económica para la agricultura, con desarrollo industrial incluido) se dirige hacia una corriente de actividad vigilante, que, junto a equipos de investigación de universidades como la de Cádiz (Cátedra de Química Orgánica, liderada por el profesor D. Francisco Antonio Macías) y algunas otras (Universidad de Alcalá de Henares, con el profesor D. José Miguel Zapata a la cabeza; Universidad Miguel Hernández, de Elche…); asociaciones gastronómicas (Los Borriquetes…) y expertos gastrónomos como Miriam Cózar…, entre otros muchos sectores interesados en conocer las propiedades del Aloe vera y los beneficios que pueden aportar a la salud (humana, animal y vegetal); es el primer interesado en investigar los principios activos que contiene la planta en el gel interior de la hoja (acemanano, germanio, hierro, vitaminas…, entre los que se encuentran 7 de los 8 aminoácidos esenciales para nuestro organismo) para así poder contribuir a mejorar el funcionamiento holístico de todo ser vivo. Y ello, sin querer entrar en que se trata de una de las plantas más documentada de toda la historia de la humanidad (referencias a los usos y beneficios del consumo del Aloe vera las encontramos en las tablas cuneiformes sumerias; Biblia; relatos romanos; historia de Alejandro Magno, Cristóbal Colón…). Todo ello sin apelar a la ingente información científica publicada a lo largo y ancho de todos los continentes de nuestra casa grande (el planeta la tierra).

La aloína no es perjudicial para la salud

En este mismo artículo, también se dice: “la aloína, uno de los componentes de esta planta, parece que favorece la función intestinal o tiene un efecto laxante. Sin embargo, esa misma sustancia puede resultar tóxica a partir de ciertas dosis que aún se están investigando. Hasta la fecha no ha sido posible establecer una ingesta diaria segura en seres humanos. Además, muchos países europeos carecen de sistemas de monitorización adecuados que permitan hacer un control de esta sustancia.”

Cabe al respecto decir que la “aloína” es un producto que presenta la hoja de Aloe vera adherido a la piel, y que se elimina previamente a la extracción del juego o a la transformación en cualquier otro producto. También olvida la OCU (o desconoce) que el contenido de “aloína” en cualquier sustancia derivado del Aloe vera, está regulado en el RD 1477/1990 de fecha 2 de noviembre de 1990, ANEXO II para complementos alimenticios y/o bebidas alcohólicas. Cada productor de Aloe vera español, siguiendo criterios de garantía, realiza frecuentes analíticas de la aloína de sus plantas para facilitar la información a la industria transformadora, que más tarde tendrá en cuenta para extraerla y elaborar sus productos. No se trata pues de una sustancia desconocida o no regulada. Incluso, en dosis apropiada y recomendada por los médicos que correspondan, resulta ser una terapia recomendada.

Productos y productores con todas las garantías de consumo

Por otro lado, también olvida la OCU que cualquier producto de Aloe vera comercializado para el consumo humano como complemento alimenticio (cualidad atribuida al Aloe vera), debe contar con un registro sanitario según previene el Real Decreto 191/2011, de 18 de febrero de 2011. Evidenciando también, con ello, el control de las autoridades sobre cualquier producto de Aloe vera que se comercialice para el consumo humano dentro y fuera de nuestro país.

Por último, en este mismo sentido, advertir que la inmensísima mayoría de plantaciones de Aloe vera españolas corresponden a fincas acreditadas con certificación ecológica. Lo que implica un exhaustivo control de trazabilidad del producto (hojas de Aloe vera) para garantía del consumidor, y como aval de todo el proceso productivo.

En otro orden de cosas, la OCU también publica que: “Por otro lado, en ocasiones, la producción de estos zumos y bebidas está en manos de pequeños productores que tienen información muy limitada sobre el proceso.”. Es evidente, en este caso, el extraordinario desconocimiento de la Organización de Consumidores y Usuarios sobre la organización del sector del Aloe vera y de su situación actual. Primero porque los productores de Aloe vera de España y transformadores finales en productos bebibles o comestibles, están unidos en torno a una asociación nacional (ASOCIALOE). Pero, aún manteniendo esta actividad productiva como pequeño fabricante aislado, cualquier empresario está sometido a la misma regulación legislativa y control de las autoridades competentes. Luego, nuevamente se evidencia que el fabricante (aunque pequeño) debe conocer toda la materia legislativa aplicable a su actividad y cumplir los requisitos que le impone la ley, amén de estar legalizada para ejercer su actividad empresarial y certificada cuando se trata de producciones ecológicas.

Cabe, por tanto, ante la argumentación precedente, solicitar cordialmente a la OCU que rectifique su información sobre los riesgos que corre el consumidor de Aloe vera, y pedirle que, si conociera alguna empresa, en singular, que trasgreda la legislación o comercialice productos de Aloe vera que puedan ser perjudiciales para la salud, presente la demanda correspondiente, con el beneplácito de ASOCIALOE, con el fin de perseguir actividades ilegales o que perjudiquen la salud pública. Pero debe evitar divulgar informaciones generalizadas incompletas (atrevidas y poco responsables) que pueden perjudicar a un sector empresarial integral extraordinariamente prometedor, privando así al consumidor de complementos alimenticios que contribuyen en muchos casos, como así está acreditado científicamente, a mejorar el estado de salud de quienes consumimos diariamente (y desde hace muchos años) jugo de Aloe vera o sus derivados.

Queremos dejar constancia, para evitar este tipo de errores involuntarios, que el Aloe vera español es, con toda probabilidad, el más controlado del mundo, el que ofrece mayores garantías al consumidor y el que alcanza la mayor calidad y pureza de nuestro planeta.