imagesZYBD1VFPLa planta de Aloe vera se conoce y utiliza durante siglos por sus propiedades para la salud ya sea como remedio medicinal o uso cosmético. El nombre Aloe vera deriva de la palabra árabe “alloeh” que significa “sustancia amarga brillante”, mientras que “Vera” en latín significa “verdadero.”

Hace 2000 años, los científicos griegos consideran al aloe vera como la panacea universal pero fueron los egipcios la civilización que más utilizó el aloe. De hecho, lo llamaron aloe “planta de la inmortalidad.” Se dice que la reina Cleopatra utilizaba un colirio que dicen proporcionaba un brillo extraordinario a sus ojos, mientras que la tersura y el aspecto de su piel se le atribuía a los baños con jugo de aloe vera. Pero también lo utilizaban en los embalsamientos de faraones.

Referencias literarias

Desde la Antigüedad es citada en distintas obras en el mundo, la más antigua conocida está en el libro griego El Papiro Ebers (anterior al año 1500 a.C).

Ya en el siglo I d.C. Dioscórides, en su herbario griego, hace una amplia descripción de la planta por sus propiedades medicinales y cosméticas. En él se puede leer, entre otras cosas, que el zumo del aloe “incorporado con miel, resuelve los cardenales y las ojeras, mitiga las escabrosas inflamaciones que en los ojos se engendran y modera la comezón de los lagrimales”.

Mitos

En el año 330 a. C. Alejandro Magno fue herido en el asedio de Gaza y un discípulo de Aristóteles lo curó con un aceite a base de aloe. A raíz de esto, se lanza a la conquista de la isla de Socotra para apoderarse de sus plantaciones de aloe.

Durante el viaje hacia el nuevo mundo, Cristóbal Colón escribió una frase en su diario que por sí sola debería convencernos de la versatilidad y eficacia de esta planta: “Todo está bien, hay aloe a bordo”

Llegada a Europa

La llegada a Europa fue a través de los árabes que lo llevaron hasta España desde donde los Jesuitas lo difundieron, entre otros lugares, al continente americano.

Nuestros días

A partir de 1930 se comenzaron a realizar estudios que daban rigor científico a las propiedades ya avaladas por los antepasados. El Dr. Collins y su hijo comprobaron la extraordinaria eficacia de esta planta para curar las quemaduras que los Rayos X producían a pacientes y médicos. Las investigaciones continuaron con las quemaduras causadas en las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki por las explosiones atómicas. Un estudio demuestró como las personas a las que se les administró aloe se curaron más rápidamente y, en muchos casos, sin dejar señales ni cicatrices.

Comienzo de la explotación comercial

En la década de los años 1970, el farmacéutico Bill Cotas, consiguió separar la aloína de la corteza y estabilizar el gel tomado de la hoja añadiéndole vitamina C (ácido ascórbico), vitamina E (tocoferol) y sorbitol, lo que masificó el uso del aloe y creó una industria asociada a esta planta. Diversos estudios, principalmente en Estados Unidos y la antigua URSS, demostraron las propiedades curativas del aloe en dolencias tales como úlceras, eczemas, quemaduras y un amplio espectro de enfermedades cutáneas

Ya en la década de los 80 cuando empieza a emerger las explotaciones comerciales de aloe vera en países como Argentina, Paraguay, Brasil, principalmente México.

En España comienza su cultivo por la década de los noventa, apareciendo pequeñas plantaciones por el sur de la península, principalmente por la zona de Málaga y Cádiz. Periodo en el que también se incorporan agricultores de las Islas Canarias donde prolifera mucho el cultivo erigiéndose como los mayores productores de aloe en España y Europa.

Más tarde, a partir del año 2000, es cuando un pequeño número de agricultores de la península, buscando cultivos alternativos a las plantaciones y productos tradicionales, van a conocer las bondades de la planta y comienzan su andadura realizando estudios de viabilidad, rentabilidad y mercado potencial del producto.